En este año 2007 que acaba de finalizar, he de reconocer que he visto menos anime que en años anteriores, puede haber motivos muy diversos (falta de tiempo, licencias rápidas que me dejan sin fansub, saturación), pero probablemente el motivo principal es un descenso alarmante de la calidad de los animes producidos este último año. Este empeoramiento viene a concretarse en un giro hacia el Moe (rasgos que hacen atractivo a un personaje ficticio para el espectador fanático) y la infantilización en general que lleva dando el anime desde hace un par de años, cada vez cuesta más encontrar historias serias y adultas mientras que el fanservice, los argumentos para subnormales, lo Kawaii (lo mono y adorable) y el loli injustificado campan a sus anchas. Reconozco que de vez en cuando a mi también me gusta una ración de Fanservice kawaii o algo de loli injustificado, sobre todo si se lo curran (por ejemplo "Kodomo no Jikan" es el ejemplo perfecto de todo lo anterior junto y con una calidad de quitar el hipo) pero con un par de series de estas ya me vale, no como pasa ahora todos los animes iguales y sin variedad de géneros para escoger.
Pues bueno, dentro de este maremágnum de moe, ha habido una serie que ha sabido meterse hasta el fondo en el género, tomar todos los elementos que le ha apetecido, y en base a ellos construir una parodia extremadamente inteligente y no exenta de mala leche del propio fandom del manganime actual. Todo ello utilizando un salvaje sentido del humor; un uso genial de los eventos cotidianos sin necesidad de grandes relatos fantasiosos; unos personajes completamente alocados pero aún así humanos y con los que es fácil identificarse; unas referencias tecnológicas modernas que construyen un lenguaje común para la mayoría de gente de menos de 30 años y un nivel denso y alto de referencias a anime, videojuegos, manga, cine, televisión y en general cualquier parte de la cultura popular de los últimos años. Por todo ello, y por muchas más cosas, para mí el mejor anime emitido durante 2007 y con muchísima diferencia ha sido Lucky ☆ Star.
En origen, Lucky Star es un manga con estructura 4koma (especie de tiras cómicas de cuatro viñetas), esto se puede ver reflejado en el anime, ya que los episodios están estructurados en forma de gags o escenas cortas, que generalmente van ligados por una única trama argumental en cada capítulo. El anime nos relata las vivencias de cuatro amigas de instituto bastante raras y freaks, donde nunca pasa nada extraordinario, y donde las vivencias de las chicas son bastante normales. Esta construcción, que podría hacer aburrida la serie, está muy bien resuelta, ya que las situaciones que se describen resultan tan familiares que provoca que nos identifiquemos fuertemente con los protagonistas (problemas de conexión a internet, reflexiones absurdas sobre la comida, diferentes filosofías y modos de vida basados en la vagancia más absoluta, etc), de esta forma que consigue que veamos la serie constantemente con una sonrisa cómplice en la boca (cuando no estemos descojonandonos) como compartiendo un chiste privado con los autores y con las protagonistas. Señalar que al final de cada capítulo se incluye el Lucky Channel una especie de sección con preguntas del público (animada y evidentemente falsa) presentada por una idol en decadencia (alcohólica, fumadora y malhablada) y un compañero de las protagonistas como ayudante, ambos se llevan a matar y la sección no es más que una ocasión tan buena como cualquier otra de reirse de la propia serie.
El mérito de una serie que no se basa en el argumento suele estar siempre en los personajes, y en este caso no es una excepción, ya que aparecen un par de los personajes más míticos que se han visto en el anime. Primero y más importante, nuestra protagonista, Konata: una adolescente bajita, rara y de aspecto aniñado, además de ser una otaku obsesiva, una viciada de ordago a cualquier videojuego, y una tocacojones casi vocacional, con una mala hostia y una vivacidad inagotables. Es casi el motor de la serie, con sus ocurrencias, sus idas de olla, su actitud en general ante la vida y su peculiar visión del mundo. Su carácter y aficiones son heredados de su padre (personaje secundario también genial), otro otaku terminal con preocupantes tendencias lolis e ideas bastante peculiares en cuanto a la educación y aficiones que inculcarle a su hija. A parte de los excelentes guiones y diálogos, otra parte de la grandeza del personaje proviene de la interpretación y aportaciones propias de su seiyû, la ya mencionada e idolatrada Aya Hirano, que le consigue dar a Konata una serie de matices y actitudes que la revisten de carisma y humanidad.
Dándole la réplica tenemos al otro gran personaje de la serie (y mi ojito derecho), Kagami, una chica realista, responsable, seria, y solitaria a ratos; a pesar de tener un punto bastante freak y viciado (pero sin llegar al nivel de Konata). Aparenta ser dura, pragmática, sarcástica y con mala leche (lo que la lleva a cabrearse como una mona ante las bromas y provocaciones de Konata) en el fondo es extremadamente dulce y tierna. A pesar de no ser un personaje tan único y original como Konata, su sensatez y actitud de persona normal (algo no muy normal en el anime) hace que sea fácil sentirse identificarse con ella en medio del resto de personajes absurdos. Suele ser la escogida para protagonizar algunas escenas en los que los autores prescinden de la comedia y se ponen en plan más moñón; en estos pequeños relatos amables y emotivos (y con un ligero punto triste y melancólico) el estudio tira la casa por la ventana y la animación y dibujo pasan a un nivel de producción bastante superior.
Las otras dos chicas que conforman la cuadrilla protagonista están menos trabajadas y corresponden a estereotipos más o menos típicos. Por un lado tenemos a Tsukasa (gemela de Kagami), una chica amable y simpática, pero torpe, distraída, bastante empanada y tontita; y por otro está Miyuki: alta, guapa, educada y muy lista; su físico y su timidez hacen de ella un "compendio de factores Moe con patas", como la define Konata. Según avanza la serie se nos desvela un segundo grupo de cuatro chicas que entran al instituto dos años después que nuestras protagonistas, y que acaban tomando bastante relevancia (y con las que me encantaría que hicieran segunda temporada), son: Yutaka, prima monísima y adorable de Konata; Minami, con apariencia dura y peligrosa; Patricia, estudiante norteamericana de intercambio y otra freak vocacional; e Hiyori, otra otaku de cuidado obsesionada por dibujar a sus compañeras de clase protagonizando mangas Yuri (de temática lésbica). Además de estás dos cuadrillas protagonistas, aparecen bastantes personajes secundarios, cada uno de ellos más girado y con menos sentido común que el anterior.
Tanto dibujo como animación se encuentran a un nivel altísimo, a pesar de que la estética y diseños escogidos por el estudio, Kyoto Animation, no lo aparentan ya que utiliza un estilo desenfadado y alegre, con personajes ligeramente deformados y una apariencia juvenil tanto de adolescentes como de adultos, también en determinados momentos se pasa directamente a representaciones superdeformed (chibis) de los personajes, o a copiar (de la forma más descarada posible) estilos de dibujo de otras obras a las que se está parodiando (Gundam, Dragon Ball, Street Fighter, Harlock). La paleta de colores también va seleccionada en este sentido, utilizando colores resultones suaves, tonos pastel y en general cualquier cosa que se aleje de una representación realista (grises y marrones). A pesar del dibujo simple, las animaciones son muy detalladas, fluidas y variadas, sin aparecer patrones de repetición y adaptándose muy bien a casa escena.
En el apartado musical, bueno, digamos que bizarro es la palabra, multitud de melodías graciosas y absurdas para acompañar la acción, un descojonante opening con coreografía marca de la casa para que los geeks de medio mundo lo imiten y lo cuelguen en youtube, y luego ya están los endings, que tienen tela. En la primera mitad de la serie, el ending es siempre la misma escena, una sala de karaoke donde están nuestras protagonistas, ahí escogen una canción y se ponen a cantar (canciones de series del año que atacaron, el opening de Dragon Ball, lo que les echen); por si esto no fuera suficiente en la segunda mitad de la serie, los endings los canta un tío completamente atrapado, que dobla en la serie a un personaje que realmente es él mismo, y que en la grabación de dichos endings se dedica a hacer una cantidad de chorradas inmensas.
En definitiva una gran, serie, en la que puede que su principal defecto sea también su principal virtud, es decir, su nivel medio-alto de atrapamiento que exige para poder sacarle todo el jugo a las cientos de gags que aparecen (autorrefencias, bromas con la personalidad de los dobladores y otros alter egos suyos, parodias a mala leche de aficionados fanáticos del anime, coñas sobre el propio proceso de producción, etc) limita el público que puede disfrutarla 100%, pero al mismo tiempo hace que la serie sea única y genial si podemos decodificar un porcentaje alto de esas referencias (decodificar todas sin ayuda de unos subtítulos anotados es ya de estar enfermo). También a pesar de utilizar estereotipos en algunos personajes, crea unos cuantos completamente originales y frescos. Si acaso, el único defecto independiente del público que podría tener es una falta de ritmo en algunos capítulos (sobre todo el primero, autentica prueba de fuego para continuar viendo el anime) puesto que algunas de las historias cortas que forman algunos capítulos son, tal vez, demasiado rallantes, por absurdas y pesadas, aunque esto ya va por gustos. Resumiendo, como mis gustos toleran perfectamente estás reflexiones sin sentido (la historia que dura medio primer capitulo de como comerse una caracola de chocolate me parece suprema, a pesar de lo absurda y larga que es), para mí Lucky ☆ Star no tiene defectos significativos, es original, fresca y muy divertida, y por eso me parece el mejor anime emitido durante 2007.
De paso os dejo el demencial opening, si luego os apetece podéis buscar a los cientos de freaks que se han grabado bailándolo y lo han subido al youtube.
Coincido en que es la caña y en que había momentos, e incluso capítulos enteros, en los que no podía parar de partirme la caja.
ResponderEliminarSin duda lo de la caracola es una introducción perfecta de cómo será el resto. Pero me gusta más cuando dice: "¡Tranqui, profe! ¡Yo tampoco he hecho nada este verano!"
La leche.