lunes, noviembre 05, 2007

In Dublin's Fair City. Where the girls are so pretty...

AVISO: Entrada más larga que un día sin pan, abrid una cervecita o leedla en dos tiempos.


Bueno, lo primero es lo primero: No he visto en toda mi vida tal cantidad de mujeres con las tetas tan gordas como en Dublín. Dicho esto, podemos empezar a relatar algo del viaje de tres días a la capital de Irlanda.

Antes de los "Where?", los "What the fuck?" y los "How many pints?" vamos a ver los "Who?", la cuadrilla de gañanes fieles amigos que me han acompañado en este viaje. Concretando, en la foto de arriba, de izquierda a derecha tenemos a: Bea, nuestra chica valiente que aguantó a pie firme las mayores burradas y comentarios soeces que se nos pudieron ocurrir (que fueron bastantes), desde aquí mis disculpas, aunque sabías a lo que venías; Milen, el puto Búlgaro que viene a quitar el trabajo a los Españoles, nacionalizado y reconvertido recientemente en el puto Español que va a quitarles el trabajo a los Alemanes; David "Zurdo-chan", que se encargo con su cojocamara de sacar las fotos que los demás no podíamos y que le ha costado dios y ayuda compartirlas con los simples mortales; Urrusolo, de cara carísimo, viviendo nuevas experiencias fuera de Casetas, como coger el metro, el avión o la cinta transportadora, así como encontrarse con uno de Casetas en el Castillo de Dublín; Víctor "miniyo", del que no voy a hablar nada porque nos dedicamos a hacerle el vacío todo el viaje; y Carlos "Brown Dealer" que decía (si, ya) estar estudiando inglés en Dublín y que viene a ser la razón por la que fuimos a Irlanda (aparte de porque nos salió de los huevos toreros).

Y ahora ya vamos a ver algunos sitios por los que aparecimos durante nuestro viaje, sin especial orden o relevancia.

O'Connell Street

La calle principal de Dublín, llena de locales comerciales de diversos tipos (grandes almacenes, restaurantes chinos, clubs de billar chinos, restaurantes no-chinos), muy ancha (en la wikipedia dice que de las más anchas de Europa, pero a mí no me pareció para tanto) y bastante limpia y aseada. Toma su nombre del nacionalista irlandés del siglo diecinueve Daniel O'Connel, cuya estatua preside la calle desde el punto donde se junta con el puente del mismo nombre.

En teoría su aspecto actual se debe a sus reformas de los últimos veinte años, ya que durante los 70 y 80 la calle sufrió varios ataques estéticos de diverso calibre, incluyendo la demolición de varios edificios victorianos y otras estructuras de gran valor histórico para la construcción de edificios por diversos especuladores (para que luego os penséis que esto es exclusivo de España). Todo esto se acabo con un plan de renovación urbana aprobado a mediados de los 90, que le dio a la calle su aspecto actual: una avenida amplia y moderna, limpia, con multitud de estatuas y con los diferentes edificios históricos debidamente conservados, con el trafico bien regulado y administrado de forma que no se produzcan atascos y con amplios espacios para los peatones.

Dos edificios destacan en la O'Connell Street, el primero es la oficina de correos, el último gran edificio de servicio publico estilo Georgiano que se construyó en Dublín. Este edificio se hizo famoso durante el fallido levantamiento de 1916 (Easter Rising) ya que sirvió de cuartel general de los rebeldes, hasta que los ingleses los echaron a bombazos, destrozando el edificio en el proceso, edificio que no se reparó hasta el siguiente levantamiento (el que triunfo) bajo gobierno definitivo Irlandés. Todavía se pueden ver restos de balazos en las columnas antiguas que sobrevivieron, y también se conserva en su interior una de las aproximadamente 12 copias existentes de la proclama de la independencia del 16.

La segunda estructura interesante (e imposible de obviar) de la calle es la impresionante "Spire" una escultura tubular iluminada por la noche que puede resumirse diciendo que es un gigantesco clavo de acero de 120 metros de altura, con un diámetro de 3 metros en la base y 15 cm en el pico, que lleva incorporado un sistema de absorción de vibraciones para que no se caiga. Se construyo en 2003 como parte del remodelado de la calle, y se colocó en el lugar que había ocupado hasta 1966 una columna dedicada a Nelson (vamos, hasta que la volaron ex-miembros del IRA).

Esta calle la teníamos tan solo a un par de manzanas del zulo donde habitábamos, y pasamos por ella prácticamente siempre que salíamos del "Hostel"

Molly Malone




Molly Malone es una canción tradicional irlandesa que se ha convertido en un himno no oficial de la ciudad de Dublín. En ella se nos cuenta la historia de una guapa chica pescatera del siglo 17, que llevaba su pescado en un carro y que un día se murió de fiebres, quedando su fantasma rondando por las calles con su carro. A pesar de que no hay pruebas documentales de la existencia de Molly (no con ese nombre al menos) hay múltiples versiones de la leyenda, todas ellas coinciden en que era una chica muy guapa y la mayoría de ellas coinciden en que también era pescatera de día y princesa de noche (hola marinero).

Para celebrar el primer milenio de la ciudad, en 1987 se colocó esta estatua representando a Molly al final de la calle Grafton (calle peatonal inundada de tiendas). La estatua presenta a una moza extremadamente pechugona (coincidiendo a la perfección con la fisionomía de la Dublinesa media) empujando un carro cargado de cestas de pescado (lo que le ha valido entre los habitantes de la ciudad el cariñoso apelativo de "La golfa del carro"). Por su situación en medio del distrito comercial de Dublín y al lado del campus del Trinity College se ha convertido en un punto de encuentro característico, así como en una de las imágenes más populares de Dublín.

Trinity College

Es la universidad más antigua de Irlanda y tiene una extensión bastante grande entre diversas facultades, residencias de estudiantes, campos de fútbol y rugby, iglesias, campanarios, bibliotecas y otros edificios. La pena es que cuando fuimos era semana no lectiva, por lo tanto nos perdimos a todas las "estudiantas" fresquisimas que según me han comentado suele haber por el sitio, una lástima.

Destaca especialmente la biblioteca antigua, que contiene alguno de los primeros volúmenes escritos en Irlanda hace más de un milenio, destacando especialmente el libro de Kells ilustrado por monjes cristianos con diversos motivos celtas (en una fusión de estilos bastante original) en el año 800. La biblioteca antigua destaca por la "long room" y su caracteristica disposición de columnas (utilizada como inspiración de la biblioteca Jedi en el infame Episodio II de Star Wars), también posee otra de las proclamas del levantamiento del 16, más de 200000 libros antiguos y una de las arpas originales de los Altos Reyes que gobernaron la isla por el siglo 9. Desgraciadamente no se podía hacer fotos y las que intentamos nos salieron como el ojete, así que no hay imágenes de la biblioteca.

Resumiendo, en una escala del 0 al 10 de sitos donde me gustaría estudiar, el Trinity College es por lo menos un 8, con sus jardines, edificios y construcciones tanto medievales como modernas. Para comparar, el Centro Politécnico Superior de la Universidad de Zaragoza viene a ser un -15 con su horrorosos edificios de hormigón con goteras que se caen a pedazos, sus obras constantes y sus cafeterías sin whiscarro.


National Gallery y Barrios Georgianos

La "National Gallery of Ireland" es una pinacoteca bastante grande que posee numerosas obras de pintores Irlandeses, así como una más que notable colección de otros artistas europeos, algunos de ellos bastante conocidos. Básicamente el motivo para entrar es que a mis arago-acompañantes les entro la vena nacionalista y querían ver el par de cuadros de Goya que posee la galería, pero también pudimos ver cuadros de otros artistas de renombre como Picasso, Juan Gris, Caravaggio o Monet. La entrada es gratuita pero tampoco se pueden hacer fotos así que os pongo la fachada del edificio y vais que ardéis.

Más o menos por el mismo sitio nos encontramos con los barrios llenos de coquetas casas estilo Georgiano, que actualmente se utilizan como oficinas y negocios con clase (me imagino que debido a que no será precisamente barato hacerte con una casa de estas para vivir). Una de estas casas, el número 29 de Fitzwilliam Street, ha sido reconvertido en museo Gergiano, para ello la casa se ha restaurado utilizando siempre que ha sido posible elementos originales de la época (sobre el 1800) y hay visitas guiadas donde te explican el estilo de vida de sus habitantes originales así como el aspecto y costumbres del Dublín del sigo 18.

La visita está bastante bien, y te quedas con la imagen de que no hemos evolucionado nada en ninguna parte, ya que los habitantes de clase media-alta de estas casas eran una cuadrilla de hijos de puta desvividos por aparentar en sociedad, además de bastante cerdos (joder, que tenían un cubo para mear en el salón). Este tipo de barrios se construyeron en su época alejados del centro de la ciudad, para alejara a una creciente burguesía comercial de las sucias calles del centro de la ciudad, llenas de trabajadores, prostitutas y pescateras; este hecho también se refleja bastante bien en la visita a la propia casa, comparando las condiciones de vida de los criados con las de los señores. Tampoco se podía hacer fotos, así que uvas.


Barrio Medieval

Esta zona comprende lo que es la ciudad original de Dubín, primeramente como asentamiento vikingo en terreno invadido, y posteriormente ya como ciudad Normanda. A partir del siglo 12 la ciudad se convierte en la capital del gobierno Inglés en la isla, y así se iba a quedar, un buen rato.

El sitio me parece precioso, muy bien adaptado a la época moderna, dejando calles anchas y fácilmente transitables, pero conservando algunas cuestas y callejas estrechas de la época medieval, también se han integrado bastante bien en la arquitectura gótica del barrio edificios de factura moderna como los juzgados u otros edificios de oficinas. Además cuenta con numerosas zonas verdes de diversos tamaños y estilos, y me parece un sitio ciertamente relajante para dar una vuelta.

Como edificios a destacar (que tienen sección propia), tenemos el omnipresente castillo de Dublín, las dos catedrales anglicanas de San Patricio y Christ Church, un dato curioso es que Dublín es una de las pocas ciudades del mundo que cuentan con dos catedrales, por lo que una de ellas (la de San Patricio) no cuenta con un Obispo propio al pertenecer a la diocesis de la otra, coincide que otra ciudad en un estatus parecido es Zaragoza, el Pilar y la Seo se van turnando cada seis meses a cual le toca ser la catedral.

Finalmente destacar un mercadillo cubierto que hay en una especie de pasaje de un edificio antiguo, que tienen un montón de cosas raras y freaks, como ropa gótica chunga, sellos y monedas, antigüedades militares, libros viejos, y un montón de cosas más. Por el mercadillo este es divertido curiosear viendo las diferentes cosas que te encuentras.

Saint Patrick's Cathedral & Christ Church Cathedral

Son dos catedrales góticas anglicanas situadas en la zona medieval, con el estatus especial que he comentado en el apartado anterior. La primera que se construyo fue la Christ Church, pero por conflictos entre diferentes ordenes se construyó la otra y durante los años posteriores hubo bastantes palos por ver quien tenia que mandar, finalmente la catedral de San Patricio se ha quedado con un estatus general de catedral para toda Irlanda. Ambos edificios son impresionantes y ambos están rodeados de arboles y jardines.

En la Christ Church lo primero que llama la atención antes de entrar es que se han conservado los restos de la iglesia primigenia (aunque solo quedan los cimientos y poco más) pero no se puede pasar por ellos, no sea que te fuera a caer una piedra en toda la puta cabeza. Una vez en el interior, lo que más me llamo la atención fue la cripta, donde se encuentra una exhibición de tesoros pertenecientes a la iglesia de los que dan ganas de matar a todos los putos curas. Ah, y también hay un gato y una rata momificados (WTF!) que se encontraron dentro de uno de los tubos de órgano en unas reparaciones y que dan bastante ascazo.

Por otra parte, en la catedral de San Patricio (que es más grande que la otra y en general más currada y menos austera) me llamo la atención una serie de banderas que hay colgadas por toda la parte central, estas banderas (algunas de ellas quemadas y destrozadas) son en realidad estandartes de regimientos de soldados Irlandeses que han entrado en combate en diferentes guerras (bajo mando Inglés la mayoría de ocasiones, supongo, por la cantidad de Union Jacks) y que se conservan aquí e impresionan bastante. También se pueden ver los asientos y escudos de los caballeros de la orden de San Patricio, que tiene bastante gracia si se tiene en cuenta que no se nombran nuevos caballeros desde la independencia (1922) y que el último murió en el 74, quedando la orden desierta pero activa bajo el mando de la actual dirigente, la Reina de Inglaterra.


Dublin Castle

El corazón del Dublín Antiguo, de hecho la ciudad debe su nombre (Dublín = Dubh Linn = Lago negro) al lago que había en tiempos al lado del propio castillo. Primeramente asentamiento vikingo, posteriormente fortaleza Normanda, y a partir del 1673 cuando ardió entero menos una torre, palacio para el Virrey Inglés y para cuando el Rey venía de visita, finalmente Michael Collins lo utilizó como sede del gobierno provisional tras la independencia. Actualmente acoge diferentes acontecimientos oficiales y culturales y se encuentra abierto al publico cuando no existe ninguna razón de estado que lo impida.

La visita guiada está bastante bien, ya que te enseñan el interior del castillo actual contándote diversas anécdotas y curiosidades de la vida en el castillo y de acontecimientos graciosos/curiosos (principalmente poniendo a parir a los Ingleses, que es lo que les mola por aquí), y posteriormente te llevan a ver los restos de la torre de la pólvora que exploto en el incendio, donde también puedes restos de ver la muralla vikinga y las excavaciones que se están llevando a cabo en el foso donde de momento y solo en un lado del castillo ya se han encontrado más de 70 cabezas humanas (de las que se clavaban en picas en la muralla y luego se caían abajo).

También en el recinto se podía ver un jardin muy majo con un diseño de serpientes (en referencia a la leyenda de que San Patricio expulso a las serpientes de la isla) enroscadas en plan celta, a las que por la noche se les iluminaban los ojos. Todo el conjunto en general esta muy bien cuidado y conservado, a pesar de perteneces las estructuras a épocas bastante distintas han conseguido que se integren entre si de forma bastante decente.

Añadir que la imagen que abre este artículo, la de un servidor desde una garita de guardia, está tomada a las puertas del castillo, y que el arpa es el símbolo de irlanda no el de Guinness (el arpa de Guinness está al revés por un tema de derechos de imagen y de no permitir que una marca de cerveza represente a tu país por todo el mundo).


Guinness Storehouse

Bueno, y ahora ya mandamos a tomar por saco el arte, la cultura, la arquitectura y todas las demás mierdas. Y vamos a lo que interesa: Guinness Storehouse, lugar de fabricación de la cerveza Guinness desde 1904 a 1988, actualmente reconvertida en museo y atracción turística. Este es junto con Maranello/Modena, las oficinas de Nintendo en Kyoto y muchos más (según se me ocurra o me apetezca), uno de los lugares sagrados de mi religión (el Juanjismo, mandadme un mail si estáis interesados en profesar mi fé). Ah Guinness, dadora de vida, madre nuestra...

El edificio está construido como una gigantesca pinta de Guinness: en la planta baja nos encontramos con la tienda y diferentes explicaciones audiovisuales (así como maquinas antiguas) que explican el proceso de fabricación de la Guinness; en la segunda planta hay un laboratorio de pruebas donde podemos degustar la Guinness North Star, una cerveza de barril de fabricación limitada disponible solo en algunos lugares de Irlanda, finaliza la segunda planta una exposición dedicada al envase y transporte de la cerveza; las siguientes plantas están dedicadas a la publicidad y a la historia de Guinness (incluyendo unos vídeos acerca del consumo responsable que aúllan IRONÍA a los cuatro vientos), pudiéndose ver cosas bastante curiosas que han ido rodeando a la marca a lo largo de los años, como la creación del libro Guinness de los récords (originalmente para solucionar discusiones en los bares) o los carteles de publicidad basados en el mundo de Alicia de Lewis Carroll (del que soy bastante fanboy), a destacar la cancioncilla publicitaria "Guinness is good for you", sin duda una de las mejores canciones de todos los tiempos.

Finalmente la visita termina en el penúltimo piso, donde hay un restaurante y un bar, y el último piso, el que representa la capa de espuma de la pinta, el Gravity Bar, un Bar con paredes de cristal sobre las que hay escritos diversos pasajes de literatura Irlandesa, y desde el cual se tiene una vista impresionante del resto de la ciudad, los valientes peregrinos que consigan llegar hasta aquí recibirán una muestra más de la inmensa misericordia de Guinness en forma de una pinta gratis (igual los herejes prefieren cocacola que también tienen, aunque no deberían), yo para probar mi inmensa fé me tomé dos, y me quede con ganas de tomarme más (francamente me hubiera puesto hasta el ojete de Guinness).


Kilmainham Gaol

Por fin llegamos al sitio donde nos teníamos que haber quedado la mayoría de los siete componentes de la expedición: la cárcel (el talego, el maco, la trena, chirona, el hotel rejas, etc). En concreto la carcel Kilmainham Gaol, lugar bastante importante en la historia de Irlanda porque a la mayoría de revolucionarios independentistas se les encerró y/o ejecutó en esta cárcel. Ya clausurada (tras la independencia) actualmente se ha reconvertido en un museo.

La visita a la cárcel recorre tanto las partes historicas de los independentistas, como la historia convencional de la cárcel, con los distintos tipos de condenas y condenados que nos encontrábamos. Destaca también la diferencia entre las alas antiguas (oscuras y hacinadas) y el ala victoriana (más moderna, iluminada y espaciosa). En esta carcel se han rodado diversas películas (la más famosa "En el nombre del padre") y en la entrada anterior de esté blog, los Dubliners están posando en esta misma cárcel. También hay un museo con los objetos más famosos de la cárcel: fichas policiales, el tajo del verdugo y otra proclama de independencia del 16 (que empiezo a sospechar que sobrevivieron más de 12, porque están hasta en la sopa).

Como siempre la cárcel vuelve a ser una excusa perfecta para darle cera a los Ingleses, sobre todo en la parte de los revolucionarios del Easter Rising y en el patio de ejecuciones. También me impactaron algunos datos curiosos, como por ejemplo que durante la gran hambruna de la patata de 1850 (ya hablaremos de ella) la gente cometía delitos voluntariamente para por lo menos poder comer algo mientras estaban detenidos; también el hecho de que la justicia Inglesa de siglos pasados no hacía distinciones de edad a la hora de aplicar el código penal, quedando registrado como la detenida más joven una niña de siete años.


The Old Jameson Distillery


Dentro de los lugares de peregrinación menores de mi religión encontramos la Destilería Jameson, actualmente no esta en activo salvo para algunas fases del proceso de destilación, pero si que se puede visitar, viendo alguna de las maquinas que participan en el proceso de destilación.

A diferencia de la Guinness storehouse, está es bastante más pequeña, y simplemente te enseñan los pasos que transforman el grano en whiskey del bueno, luego te invitan a un cubata y para casa (salvo si eres un hijo de puta afortunado como el cabrón de Arilla, en ese caso te cogen para hacer un test entre diferentes tipos de whiskeys y te pones hasta el ojete). Todo esto lo compensa con un auténtico showman de guía que no para de hacer coñas y con el que te descojonas vivo.


Muelles

Finalmente vamos a ver la zona cercana a los muelles, en la desembocadura del río Liffey, aunque no llegamos a bajar hasta el mismo mar. También se nota que esta zona ha sido renovada hace poco por el estado de sus calle y puentes. Desde sus puentes tenemos una vista bastante chula de la ciudad (dependiendo del tiempo) y suele estar llena de gaviotas por todas partes. Cosas interesantes que vimos en la zona: La custom house, el famine memorial y el Jeanie Johnston (van juntos), y el puente que separa el río de los canales del puerto (chula obra de ingeniería de 1912).

El Famine Memorial se colocó en 1997 para homenajear a las victimas de la hambruna de la patata que sacudió Europa entorno a 1850, cebándose especialmente en Irlanda, en ella a causa de la perdida de cosechas de patata murió el 25% de la población de Irlanda y un millón de Irlandeses se vieron obligados a emigrar del país. El Memorial son una serie de personas descarnadas y completamente famélicas en mitad de la calle que acojonan lo que no está escrito, la sensación que te deja contemplar las estatuas mientras sopla el frío viento desde el mar es una de las cosas más chungas que he sentido en mi vida. Unido al Memorial se encuentra el barco Jeanie Johnston, que se utilizo para sacar a cientos de emigrantes hacia los estados unidos.

El Custom House es uno de los edificios más grandes de todo Dublín, en el históricamente se han desempeñado funciones administrativas (principalmente como aduana al estar situado tan cerca de los muelles) y como muchas cosas en la ciudad ha sido recientemente restaurado porque los del IRA le pegaron fuego en el 21.



COMER Y VIVIR

Bueno, para nuestra estancia en Dublín escogimos como alojamiento un Hostel de estos en plan zulo de habitación con ocho camas para hacinarnos ahí bien y compartir olores y todo eso, en concreto el Abraham House. Esta decisión tuvo sus cosas malas y sus cosas buenas. Cosas malas es que la habitación era en plan celda carcelaria con poco espacio y un único baño (y sabe Dios que hubiéramos necesitado unos cuantos más, ¿a que sí Urru?), también mencionar el impresionante café tres pasos (más vale que cuando te lo tomes estés a menos de tres pasos del baño) que nos obsequiaban para desayunar. Cosas buenas que el agua caliente funcionaba de puta madre, y la ducha y el baño en general no daban ningún problema, también tuvimos el acierto de cogernos la habitación entera para nosotros (a pesar de que al final no vino la hermana de Milen, por lo que sobraba una cama) ya que así podíamos dejar nuestras cosas en la habitación y hacer lo que nos saliera de los huevos, también estaba bastante cerca de O'Connell con lo que podíamos ir andando sin problemas a todas partes.

Finalmente, como parte buenísima tenemos a la cuadrilla de gentuza que me acompañó en el viaje. Esos momentos; cuando llegábamos destrozados al hostel, nos tirabamos en la moqueta redondos, y empezábamos a decir chorradas, a contar chistes más malos que la peste (¿quies velas?) y en definitiva a hacer el payaso de forma profesional; no tienen precio. Por lo demás también hubo que aguantar las exóticas costumbres de algunos, como mi afición a bajar de la litera arrojándome al suelo (estaba jodida la escalerilla y no quedaba otra, bueno, si, cambiarme de litera, pero hubiera significado dormir encima del Urru, así que no), o los infames ronquidos a cuatro (o más) tiempos del Urru. Pero bueno, en definitiva, sois gente de puta madre (¿y de cara?).

Y bueno, si nuestro alojamiento no tuvo demasiada clase, nuestra alimentación no se va a quedar atrás, para visitar la ciudad rápido y sin paradas, nos introdujimos plenamente en un par de ocasiones en el modo de vida homeless, comprando pan y lonchas en el supermercado y calzandonoslos en cualquier parte. El resto de comidas tampoco es que fueran especialmente memorables, con visitas variadas a hamburgueserías y demás sitios chungeros, pero tampoco es que hubiese demasiada alternativa. De haber ido con más tiempo (una semanita o mas) tendríamos que haber utilizado la cocina del hostel que estaba a nuestra disposición, así podría haber hecho unas patatas con chorizo que se le hubieran caído los cojones al suelo a media Irlanda.

De todas formas tengo que mencionar el único punto donde comí en condiciones, se trata de un mercadillo que abre los sábados por la mañana en un plaza cerca de la zona de temple bar, donde había unos diez o quince puestos, que además de vender materia prima (fruta, carne, pan, queso, etc) también vendían comida ya preparada, que además podías ver como te la preparaban ahí mismo, yo me cogí unos fideos chinos que me saltearon ahí mismo y una hamburguesa 100% ternera a la plancha cojonuda, y me quede como dios, pero también había más cosas, como arroz con curry, comida mexicana, zumo de frutas, crepés, etc. Y todo tenía una pinta realmente sabrosa.

Ah, y mención especial al desayuno típico Irlandés que se calzaron el Zurdo y el Urru antes de salir el día que volvíamos. Contundente es la palabra, la verdad es que a mí estas cosas por la mañana no me entran, pero bueno, enhorabuena a los triperos.

BEBER Y SALIR

Bueno, antes de hacer otras referencias a la vida nocturna de Dublín, tengo que comentar lo que había el primer día que llegamos, porque todavía lo estoy asimilando (joder, es que no fue normal, no fue normal). Todavía duraban las fiestas de Halloween, y la gente salía a la calle disfrazados, y las mujeres salían a la calle disfrazadas, y que mujeres oiga. Yo tenía la idea de que las irlandesas iban a ser como las inglesas pero un poco más guapas, pero no, viene a coincidir que están muy buenas, lo único a comentar que son del modelo moza recia, es decir: altas, con grandes ojos, caderas anchas y pechos más que generosos; en definitiva una cosa espectacular de buenas (eso sí, con el gusto y el estilo en el ojete, pero no se puede tener todo). Pues bueno, si combinamos esto con la noche de halloween, y disfraces con escotazos de vértigo, minifaldas cortisimas y complementos estrambóticos (alitas, faldas de tul, corsés góticos, etc), tenemos que todas aquellas mozas parecían sacadas de un diseño manga (ojos grandes, caderas anchas, tetas desproporcionadas), lo cual nos puso en general bastante malos a los santos varones del grupo. Finalmente desde aquí mencionar a una que se me grabó a fuego en la mente desde que la vimos a la entrada de un bar: iba disfrazada de Alicia ("Alice in Wonderland" my fetish, you know), tenía unos ojazos verdes enooooooormes, llevaba un vestidito azul celeste con un escote (y material para llenarlo) inmenso y con una faldita diminuta de la que salían unas larguísimas piernas envueltas en medias blancas; en definitiva una cosa absolutamente espectacular que me puso malísimo.

Bueno, y entrando ya en materia de bares y sitios, generalmente solíamos salir por la zona del Temple Bar (bar, calle y barrio) que estaba llena de locales bastante majos que abrían hasta las 2:30 (la hora de cierre por aquí). Esta zona también está bastante animada durante el día, ya que las tabernas y bares están abiertos y se puede entrar a echar una pinta o a ver el fútbol (si lo hay), además por la zona también se encuentras tiendas de discos y libros, así como tiendas de ropa rara (punkis, góticos, hippies piojosos, royito vintage, etc). De todas formas, hay bastantes bares alejados de esta zona de marcha que también abren hasta altas horas de la noche, y lo principal, también tienen música en directo.

Y es que el invento de la música en vivo es la puta clave, a mí personalmente no me importaría una mierda que la mayoría de los bares de Zaragoza cerrasen a las 2:30 a cambio de tener música en directo todo el tiempo. Es una autentica gozada que además tienen casi todos los bares, principalmente creo que porque a la gente de Dublín les encanta la buena música y el buen rock (solo hay que ver que en ningún local te ponían regueton ni mierdas de esas) y los valoran mucho más que los españoles. En el tiempo que estuvimos nosotros disfrutamos de cuatro actuaciones: unos gañanes algo mamados que tocaban canciones típicas irlandesas (que gocé como un enano) en el temple bar; un grupo de pop-rock que hacía covers de otras bandas y temas propios (y que tenían un bajista buenisimo) en el Turk's Head; un par de pavos con guitarras que tocaban tanto pop-rock actual como folk irlandes (y a los que acabamos prácticamente haciendo los coros en "Champagne Supernova" de Oasis y en "Seven Drunken Nights"); y, finalmente, el último día en Porter House (un sito cojonudo de tres pisos donde se hacían su propia cerveza, una cerveza de puta madre dicho sea de paso) a un grupo espectacular que hacía covers de canciones pop-rock actuales dándoles un impresionante toque blues, os he puesto un par de vídeos de estos pavos por aquí, disculpad la mala calidad, pero aún así se puede distinguir la impresionante calidad como instrumentistas de esta gente ("Talking about a Revolution" de Tracy Chapman y "Seven Nation Army" de White Stripes).



Para beber a mí me resultó lo más cómodo ir a pintas, valen un poco menos que en España, me encanta la cerveza, y las de aquí están muy bien tiradas por lo general. También había otras bebidas que se podían consumir en forma de pinta, como las diferentes variantes de la sidra y demás. No recomendaría tratar de beber cubatas por aquí, ya que son bastante pequeños y resultan una clavada bastante más fina que las pintas. Otra cosa que hay que tratar de probar es el café irlandés típico, que tiene bastante poco que ver con la especie de postre que te calzan en España, y que aquí es una mezca de diferentes tipos de cafe, con whiskey y con crema, reconozco que puede que no le guste a todo el mundo, pero a mí que me suele gustar el cafe amargo y el whiskey a palo en general me pareció que estaba buenísimo.



Por último comentar el buen royo que se gasta la peña aquí estando de farra, y si te chocas con alguien en un bar atestado, en vez de ponerte mala cara y tal siempre te piden perdón de forma educada, o te piden amablemente que te apartes antes de pasar, en vez de ponerse a pasar por sus huevos toreros (tipical spanish). Y otro detalle que me gusta especialmente (a algunos de mis lectores no les haría ni puta gracia, pero que se jodan) es el hecho de que no se puede fumar dentro de ningún local, te tienes que salir a la puerta a joderte de frío y a matar el mono; y esto para un no fumador como yo se nota un huevo al final de la noche, ya que la ropa no te huele a humo en absoluto, tienes la garganta mucho más despejada y en general te encuentras mucho mejor que si te hubieras pasado cuatro horas seguidas tragando humo de gentuza variada.

Finalmente no quería cerrar esta entrada sin hablar antes de la gente de Dublín. Son una peña increíblemente amable, que se ponen a hablar contigo en seguida, y que si te ven perdido en la calle se acercan a ayudarte inmediatamente. También cuando tuvimos un problema con los Dublin pass y no funcionaban en las máquinas, la señora de la catedral de San Patricio llamo a los de la oficina de turismo y trató de arreglarlo todo, y cuando nos volvía a pasar el problema cualquier dependiente o encargado del sitio nos ayuda sin poner ninguna pega. Mención especial a la chica dependienta de la librería "Hughes & Hughes" en el centro comercial de Grafton Street, que cuando me compré el "Good Omens" (libro cojonudo de "Terry Pratchett" y "Neil Gaiman" ya descatalogado en España) me pregunto muy ilusionada si conocía a "Terry Pratchett" y que opinaba de él, con una amabilidad que me resultó más que chocante y agradable (sobre todo teniendo en cuenta como te atienden los dependientes de las tiendas de los centros comerciales en España, si es que al final cada uno tiene lo que se merece).

3 comentarios:

  1. Mu buen post tron... si no te importa (y si te importa me la sopla) te voy a enlazar en mi blog, ya que no he tenido mucho tiempo para escribir nada...
    Por cierto, ayer volvi al porterhouse y habia un pavo tocando bastante interesante, pero eso es otra historia que croe que si contare...

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  2. "No he visto en toda mi vida tal cantidad de mujeres con las tetas tan gordas como en Dublín"

    blablablablablabla

    ¿Y las fotos?!?!?!?

    Veste a la mierdaaaaaaaaaaaaaaaaaa

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  3. las fotos grabadas a fuego en mi mente, como en la tuya supongo... ah, que tu no viniste, que pena ¿no? :P

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