"Vampire Princess Miyu" es un manga de horror/terror shôjo, desde hace tiempo uno de mis favoritos, la adaptación al anime no está mal, he conseguido ver la serie completa hace poco a pesar de que tiene ya un tiempo (1997-1998, diez añitos, que se dice pronto) y me ha costado (relativamente) conseguirla, me sorprende ver lo infravalorada que está esta obra, y la poca distribución y conocimiento que hay de ella; pese que a mí me parece una historia cojonuda, bastante original a pesar de basarse en repetición de esquemas, con unos personajes geniales, y con una narrativa y una "magia" propias impresionantes. Es por ello que me apetecía comentar algo de esta adorable vampiresa.
Las diferentes versiones de la obra giran en torno al mismo personaje: Miyu, aparentemente una chica guapa, timida y educada de unos 15 años, pero realmente una poderosa vampiresa de edad indeterminada. A pesar de llamarla vampiro no encaja con ninguno de los estereotipos clásicos, y viene a ser más bien una especie de demonio o encarnación mitológica del folclore japones. En la obra vemos que hay un serie de castas y grupos dentro de el mundo sobrenatural que se describe, con diferentes roles y obligaciones, Miyu en concreto es una princesa y "El Guardian" encargado de cazar y devolver a su mundo de tinieblas a los shinmas (demonios, la propia Miyu se podría considerar uno de ellos) errantes que deciden causar el caos en el mundo de los humanos. La obra se articula en torno a las cazas de Miyu, donde van surgiendo los eventos que conforman los arcos argumentales: por ejemplo tenemos los conflictos con otros poderosos seres (como Reiha un espíritu del hielo y rival/aliada según ocasiones); o los relatos del pasado de Miyu. Va siempre acompañada de Larva, un shinma europeo ligado a su destino desde que se transformo en vampiresa, la relación entre Miyu y Larva es compleja y profunda, va más allá del amor y hay momentos en los que parecen formar un único ser. El único elemento vampírico tradicional de Miyu es que se alimenta de sangre, pero no la consigue a la fuerza, sino que le es estregada voluntariamente por humanos desesperados a cambio de sueños de felicidad eterna.
En el manga se nos describe una Miyu errante, que viaja por todo japón cazando shinmas (con la ayuda de Larva y otros entes sobrenaturales) y alimentándose, sin parar en ningún lugar determinado y borrando los recuerdos de los que se la encuentran. Entre los capítulos independientes aparecen tramas más largas, como el enfrentamiento con otros panteones de seres sobrenaturales, la lucha contra shinmas y humanos particularmente poderosos, o el enfrentamiento con Reiha. La Miyu del manga es triste y melancólica, atada a un destino y a un deber que no desea, pero que debe llevar a cabo; también tiene un lado humano y dulce, que la lleva a perdonar a diversos shinmas, ya que no todos los errantes se mezclan en asuntos humanos. El dibujo es estilizado y francamente bonito, con algunas ilustraciones a color absolutamente geniales al principio de los tomos; la obra en general destila un ambiente clásico nipón bellísimo, con un tono tranquilo y calmado incluso en los momentos de acción o en las partes más perturbadoras y escabrosas. La obra consta de diez tomos principales, cinco tomos más que cubren un nuevo arco argumental, y un spin-off llamado Vampire Yui de otros cinco tomos, todos han sido publicados en España por la editorial (por llamarla de alguna forma) Mangaline y por una vez no recomiendo su compra, si los queréis bajadlos piratones, pero no le deis un puto duro a Mangaline.
El anime parte de la misma premisa, Miyu caza shinmas con la ayuda de Larva, pero en esta ocasión tiene residencia fija, y lleva una doble vida, en la que trata de tener amigas y llevar una vida más normal, a la vez que caza y se enfrenta a Reiha. En esta ocasión Miyu es más extrovertida y más humana, aunque sigue conservando el mismo aire misterioso y reservado. En general me parece inferior al manga, ya que argumentalmente algunos de sus arcos son algo forzados. Por lo demás, técnicamente el dibujo no esta mal, supongo que gracias en parte a los estupendos diseños heredados del manga, pero la animación es bastante floja; finalmente la música, utilizando composiciones basadas en música tradicional japonesa, es muy buena, destacando un gran opening instrumental y un triste y melancólico ending. Además de esta serie de 26 capítulos también hay unas OVAs bastante anteriores (1988), pero aún no he tenido la oportunidad de verlol, por lo que no puedo opinar.
Uno de los factores que se repite en ambas adaptaciones y que forma parte fundamental de la obra (y que me encanta) es su forma de insinuar más que de mostrar. Ocurre con los poderes y habilidades sobrenaturales, sabemos más o menos cuales tiene cada personaje, pero no hay nadie que nos explique su funcionamiento, ni tampoco aparecen descripciones para tontos de las complejas reglas que gobiernan el mundo sobrenatural, con lo que queda un mundo misterioso y mágico perfecto, con mucha personalidad y muy atractivo. Esto se aplica también a las partes más oscuras de la historia, porque estamos ante un manga de horror, y francamente, se nota, y mucho, alguna de las cosas que se nos relatan son inquietantes y escabrosas hasta puntos casi desagradables, pero una vez más en vez de mostrarnos un festival de casquería y depravación se prefiere sugerir los hechos y las consecuencias, lo que hace que estás escenas tengan más fuerza, porque nada de lo que se nos pueda dibujar superará a lo que podamos imaginarnos.
En definitiva, un manga que adoro, original, con una ambientación japonesa tradicional preciosa, con unas historias muy oscuras y muy tristes, capaces de crear un universo mágico rico y complejo sin perder el aura de misterio que debería rodear este tipo de relatos. Todo ello apoyándose en un dibujo estilizado que viene como anillo al dedo a la personalidad del manga y creando un personaje increiblemente bueno: Miyu, que es serena y tranquila, por momentos divertida, por momentos cruel y caprichosa, siempre adorable y monísima. El anime no esta mal, pero no se acerca ni de lejos al manga, en parte por las limitaciones propias de extensión y en parte por añadir bastantes elementos para hacerlo más convencional.
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