domingo, junio 28, 2009

Metalway (I): Aspectos extramusicales

Bueno, tras la decepción del otro día, y con uno de los festivales más largos y con mejor cartel de Europa (esto es así) finalizados, ya podemos analizar con la cabeza algo más fría todo lo ha supuesto esta edición del Metalway en Zaragoza. En una primera sección voy a centrarme en todo lo relacionado con la organización.

A grandes rasgos, el hecho de que la promotora Rock'n'rock (la muy denostada rana de los foros de internet) se haya encargado de toda la organización (otros años se encargaba de la organización Gamerco, mientras que Rock'n'rock solo contrataba bandas) ha tenido un impacto muy positivo, y que en general se ha mejorado mucho, tanto con respecto al año pasado (la única forma de hacerlo peor hubiera sido pegarle fuego al recinto con la gente dentro) como con los festivales de hace dos y tres años. Pero esta mejora no está exenta de algunos puntos negros, algunos de ellos de fácil solución, y otros no tanto, pero en fin, vamos por partes.

LO BUENO
-Localización: Si, sigue estando a tomar por culo, y Valdepartera ahora mismo es una ciudad fantasma a la espera de ser poblada (lo cual va a llevar años), pero a diferencia de anteriores ediciones esta vez el festival tiene lugar dentro de la ciudad, con lineas de autobuses regulares desde el centro, incluyendo la linea C3 con servicio ampliado a 24 horas y recorrido hasta la misma puerta del festival, un bus cada 10 minutos que en menos de 15 nos plantaba en el centro de Zaragoza, todo un lujazo comparado con los esperpentos que vivimos en la feria de muestras hace dos años. Por lo demás, aunque el barrio esté vacío, algún que otro bar disperso, sucursal bancaria y supermecado podían ser alcanzados sin muchos problemas a pata. Todos hubiéramos preferido que se celebrase en el recinto de la expo o en un sitio 100% céntrico, pero siendo realistas el emplazamiento ha mejorado notablemente.

-Barras: Muchas, cubiertas y con sombra, con bastantes camareros, lo que implicaba tiempos de espera casi nulos y un servicio rápido y eficiente. A destacar la carpa con la discoteca de Rafa Basa (y más gente) un garito metalero dentro del festival siempre hasta los topes y con muy buen ambiente.




-Estructuras: Con la de viento que pego el primer fin de semana, y con los antecedentes de otros años, muchos nos temíamos lo peor, pero todas las construcciones aguantaron como campeonas y ni la más pequeña carpa (firmas o merchandising) ni la estructura más compleja del escenario sufrieron ningún tipo de daño o percance.



-Taquillas y entrada: Incluso en los momentos de mayor afluencia, las colas para entrar y cambiar la pulsera eran mínimas, debido a la cantidad de taquillas y a la disponibilidad a casi todas horas de las mismas, que evitaron que se formasen cuellos de botella en los momentos de mayor afluencia.



-Baños: Abundantes y razonablemente limpios, en todos los días que estuve en el festival nunca tuve que hacer cola, incluso en el segundo fin de semana cuando más gente había acudido al recinto no hubo tampoco ningún problema.



-Puestos de Comida: Variados y de precios relativamente normales, teníamos incluso un restaurante oficial de la organización que nos permitía comer un menú con primer y segundo plato no demasiado caro y acomodados en mesas, con la mayor normalidad posible. Para cosas más básicas: típica selección de bocatas, kebabs, pizzas, patatas y demás comida de festival.



-Fuentes: Esto más que acierto de la organización, es casualidad, ya que el recinto contaba con fuentes de agua potable, que aunque escasas, permitían refrescarse a los asistentes de forma gratuita, aunque a determinadas horas la cola era relativamente larga.



LO MALO



-Imposibilidad de sentarse: Resulta incomprensible que con la cantidad de espacio desaprovechado (otra particularidad que sin ser defecto si que se podría haber hecho algo) no se hubiera puesto una zona donde la gente pudiera descansar a la sombra (salvo el restaurante de la organización), no hubiera costado mucho añadir alguna otra carpa (o usar las existente) y llenarla de mesas y sillas de plástico (o madera) para que la gente pudiera descansar. Puesto que no había la gente se sentaba en el suelo o en las gradas (que esa es otra).



-Gradas: De utilidad nula, situadas francamente lejos del escenario, el público asistente si que las utilizaba como lugar de descanso, pero su utilidad original no quedaba cubierta en absoluto. En este sentido, también señalar que la plataforma para minusválidos, a pesar de estar a la sombra, también se encontraba muy lejos del escenario.



-Exceso de Suciedad: Según avanzaba el festival los vasos y envases se empezaban a acumular por el suelo del recinto sin control. Los motivos, la ausencia de contenedores y papeleras cercanos a las barras y puestos de comida (fallo que también está presente en Wacken y que se podría solucionar de forma muy sencilla) así como un servicio de limpieza no lo suficientemente eficiente.



-Precios de la bebida: Un puto atraco a mano armada, nada más que decir a este respecto. Adjunto foto del bar con los mejores precios del festival.



-Respuesta de la organización ante imprevistos: Todo el paripé que rodeó la cancelación de Heaven & Hell, que no saliera nadie de la organización a dar explicaciones (tuvo que salir Rafa Basa, periodista oficial del festival, pero no relacionado con los responsables del mismo), y en general toda la desinformación que rodeó y aún rodea a este vergonzoso hecho. A pesar de que puede que la organización no fuera responsable ni del hipotético dolor de espalda de Iommi ni de su también supuesta negativa a actuar (aunque el resto de grupos actuaron sin problemas a pesar de la climatología), su forma de llevar el asunto y marear la perdiz con el público me parece lamentable.



En conclusión, un buen festival, con algunos puntos que deberían mejorar. Espero que tras la escasa afluencia el primer fin de semana, los números del segundo día les cuadren más las cuentas, y se decidan a continuar con el festival en Zaragoza (esto dicho por motivos meramente egoistas), que aún tiene espacio para mejorar, sobre todo en algunos puntos de muy fácil solución. Confiamos en estar ahí dándolo todo el año que viene.

lunes, junio 22, 2009

Metalway (0) (Lost my music)

Si hará más o menos un año me tenía que comer mis entradas del Metalway con patatas, este año no podía ser menos, y una putada nos tenía que pasar (menos grave afortunadamente). Heaven & Hell (Black Sabbath 2 para los amigos), cabeza de cartel, grupo formado por autenticas leyendas del rock, cancela su actuación (único evento en España de la banda).



Y todo por este señor, Tony Iommi, virtuoso de las seis cuerdas, leyenda viva del rock, fundador de Black Sabbath, prácticamente inventor del metal, y, desde esta noche, un jodido impresentable al que no se le ocurre mejor momento para decir que tenía una lesión de espalda (supuesta, que lo que hemos podido hablar con un enfermero al final no era para tanto ni de coña) que cuando ya estaba todo el escenario montado y todo el mundo esperando a verlos. Al final, tras mucho marear la perdiz, torear a la organización, a los médicos y enfermeros, al público y tras dar muchas vuelas, ha tenido que salir el señor Dio a dar la cara por la banda y decir que no podían actuar.

Han dicho que igual tratan de apañarlo para el próximo fin de semana de festival (hueco tienen), y si no se verá si se devuelve el dinero o algo, a mi sinceramente no me importa demasiado (aunque desde luego quiero mi pasta), porque los voy a ver dentro de un mes en Wacken (donde seguro que mister Iommi no tiene los santos huevos de decir que no actúa con el escenario ya montado) y donde tratare de refrenar a mi yo vandálico que me pedirá que le tire una pedrada a Tony a ver si esta vez le doy motivos para quejarse en serio.


martes, junio 16, 2009

ARIA: Belleza y fantasía en lo cotidiano



Uno de las variantes de la ficción que me suele gustar es aquella en la que nunca pasa nada. Donde no hay grandes tramas guiando lo que vemos o leemos, ni personajes legendarios luchando por su superación, si no tan solo retazos de vida cotidiana (Costumbrismo, Slice of Life, como queráis llamarlo) en algún marco concreto. Lógicamente, y quitando su valor documental, para una obra de ficción la vida cotidiana es un coñazo inmenso, así que siempre se trata de aderezar saliendose de la norma, ya sea cambiando el periodo histórico, ya sea metiendo fantasia o ciencia ficción por medio, ya sea empleando personajes de características poco convencionales. En casi toda la ficción occidental esto se suele utilizar combinado con historías con tramás más concretas, por contra, los creadores orientales si que suelen apostar bastante a menudo por este tipo de relatos. De hecho en el manganime se han puesto bastante de moda últimamente estos relatos costumbristas, lo cual implica la producción de bastantes subproductos francamente venenosos, pero también la aparición de pequeñas joyitas como la que hoy me ocupa: el manga Aria.



La historia tiene lugar (y tiempo) en el siglo XXIV en un planeta llamado Aqua, que no es otro que Marte tras sufrir un proceso de terraformación en el que se les fue la mano ya que ha pasado a estar cubierto en un 90% de su superficie por agua. Una de las ciudades del planeta ha sido construida a semejanza de la desaparecida Venecia terrestre, con sus canales y edificios más típicos (a excepción de el agua llena de mierda, que casaba mal con el estilo del manga). En esta ciudad llamada Neo Venecia (original, eh) una de las cosas que nos encontramos que no está presente en la original terrestre son las Undinas (palabra que designa a los espíritus elementales del agua), un exclusivo grupo de gondoleras femeninas que actúan como guías turísticas y que son uno de los símbolos de la ciudad (y en parte del planeta). Y aquí entra nuestra protagonista, Akari, una chica originaria de la Tierra que ha viajado a Aqua con el deseo de convertirse en una Undine, y que a lo largo de su entrenamiento será nuestros ojos para adentrarnos en el mundo de Aqua.



Junto con Akari conoceremos diversos personajes de diferentes temperamentos, pero todos encantadores y más buenos que el pan, además de que ninguno presenta ninguna caracteristíca que le haga destacar por encima del resto, resultando en conjunto bastante humanos (algunos pese a su aspecto). También descubriremos unas cuantas cosas de Neo Venecia y del planeta. Entre estas vivencias se encuentras antiguas costumbres medievales italianas, hechos cotidianos del día a día del siglo XXI europeo adaptados al nuevo planeta, la evolución tecnológica enmarcada en la utopía ecológica que supone el planeta Aqua, y rematandolo todo unas pequeñas pinceladas de mágia. Todos estos son los recursos que se integran en el realismo mágico de Aria, y donde a pesar de su dispar origen y su alejamiento de la realidad, se combinan para conformar un mundo perfectamente coherente y completamente verosimil.



Gran parte de la coherencia se la concede a Aria un diseño soberbio, con abundante presencia del agua (lógicamente) y de demás elementos naturales, combinados con arquitectura tradicional meditarranea con algunos retazós nipones. El envoltorio futurista precisamente trata de alejarse de las tendencias de la era espacial, entrando más en una visión artesanal de los avances técnicos, se podría decir que dandole al conjunto un aspecto levemente Steampunk. De hecho los momentos en los que aparecen técnologías reconocibles como la evolución actual son siempre en forma de ruinas, como testimonio del fracaso y del cataclismo ecológico que estás trajeron a la humanidad en algún punto entre el siglo XXI y el XXIV. Todo esto presentado con un estílo gráfico preciosista y detallado, muchás veces recreandose en el paisaje con espectaculares ilustraciones a toda página; por contra, el diseño de personajes es más estilizado con abundante uso de modelados extremadamente simplificados de los mismos para los momentos cómicos .



En definitiva, un manga, que más que recordarlo por tener una historía que engancha, por personajes muy carismáticos, o por lo que me ha hecho reir/llorar; lo recuerdo por lo que me relaja leerlo, y una especie de buenrollismo melancólico que me invade al releer sus historias. Francamente recomendable si se busca algo para desconectar un rato del mundo. También existe una adaptación al anime que no le llega a la suela de los zapatos al manga, entre otras cosas porque el diseño es mucho más basto y sin alma, a la vez que se ha introducido una cantidad de azucar y monería en las historias y personajes que dan ganas de echar la pota. Así que sin dudarlo me quedo con la mágia del manga.